miércoles, 22 de diciembre de 2010

Un miércoles cualquiera... un abrazo cualquiera...

Un miércoles cualquiera, sino fuera porque estamos en Diciembre y hoy, una vez más han sorteado el "Gordo" de Navidad... Miro por la ventana y cae agua a "mantas", como dice mi madre... no ha parado de llover desde hace tres días, inusual en Málaga, aunque cada vez más frecuente (qué hemos hecho con el planeta?) No me apetece salir a la calle, ayer ya tomé mi dosis de frío y humedad cuando salí a almorzar con un buen amigo con el que tuve ocasión de debatir sobre mil cosas (hacía casi dos años que no nos veíamos) y como buenos amigos que somos, no estamos de acuerdo en casi nada, lo que hace nuestros infrecuentes encuentros más estimulantes aún. Fueron unas cuantas horas de animada charla, de buen vino, de risas, de recuerdos, de temas pendientes, de "matices" (así habíamos titulado nuestra cita.... tenemos la costumbre de ponerle título a nuestros encuentros) y unas cuantas horas de análisis de comportamientos (los dos somos muy dados a esto) y otras cuantas horas de "verdad absoluta" (llamo así a esos momentos en que puedes decir todo aquello que pasa por tu mente sin tener en cuenta lo que pueda pensar la persona que tienes enfrente, porque sea lo que sea, sabes que te entenderá) Debo aclarar que "Peter", el amigo con el que almorcé es uno de mis "amarillos"... quien conozca el concepto entenderá nuestra relación y seguramente será capaz de visualizar nuestro encuentro con la ambientación exacta. (quien no lo conozca, le recomiendo que indague... es imprescindible tener "amarillos" en tu vida) Al despedirnos me dijo: "has aprendido a abrazar" le prometí trabajar en ello años atrás, y aunque aún me cuesta, yo también he notado que he mejorado. Durante mi vida me he encontrado con muchas personas que no sabían abrazar, pero yo no fui consciente de no saber hacerlo yo misma hasta que alguien me lo dijo. Realmente ni siquiera pensaba que fuera importante... Tengo mi personal teoría sobre por qué a unas personas nos cuesta abrazar o mostrar nuestras emociones más que a otras... los expertos cuentan versiones muy distintas y no estoy en absoluto de acuerdo con que todos hayamos tenido carencias afectivas en la niñez. Lo que sí he podido constatar a lo largo de los años es que a las personas a las que nos cuesta expresar nuestras emociones tenemos unos cuantos rasgos más en común: 1. nos sentimos incómodos al recibir regalos (aunque valoremos el detalle) 2. nos sentimos incómodos cuando nos halagan (aunque por dentro nos guste oírlo) 3. nos sabemos vulnerables hacia ciertas conductas y las evitamos 4. tenemos cierta tendencia a emociones "yo-yo" (ahora siento/ahora no siento) 5. cuando nos dejamos llevar por nuestras emociones, tenemos tendencia a dar marcha atrás Podría continuar con unas cuantas más, pero creo que ya ha quedado bastante claro lo que nos ocurre: una vez más el MIEDO es el protagonista. Como trabajo en ello y poco a poco voy consiguiendo superar cada uno de mis miedos, animo a todo el que se vea reflejado a que no tenga miedo a vivir. Vivir supone sentir, disfrutar, sufrir, fracasar, tener éxito, reír, llorar... y un sinfín de emociones, unas más agradables que otras, pero todas necesarias para crecer como ser humano. Animo a abrazar y dejaros abrazar, sin sentir miedo, sin sentirse invadido, sin sentir que se invade... simplemente sintiendo el calor del momento, el afecto, el cariño y la sensación placentera de saber que en ese momento hay alguien que quiere abrazarnos y a quien nosotros, en nuestro fuero interno queremos también abrazar.

5 comentarios:

  1. Vaya... pues si que fue provechoso un simple almuerzo con charlita incluida!! Conozco a ese tal "Peter"??
    Ja,ja,ja.
    En cuanto al tema de los abrazos, sabías además que tiene poderes curativos?
    Hay una disciplina que es la abrazoterapia que usa el contacto fisico a través del abrazo para curación de algunas enfermedades (probado cientificamente)

    Incluso es capaz de reducir el dolor porque produce la segregación de oxitocina, (hormona del apego), ayudando a los pacientes a mejorar su estado anímico y por si fuera poco, mejora el sistema inmunológico.

    Además, el abrazo libera serotonina y dopamina provocando sensación de bienestar, tranquilidad y calma no solo en el momento de ser abrazado, sino que sus efectos se prolongan en el tiempo.

    No se tú... pero un chollito así merece la pena ser aprovechado, ¿no crees?
    Una pena que sea gratis, porque si costara dinero lo valoraríamos más.

    ResponderEliminar
  2. Si, si conocía algunos de esos beneficios de los abrazos, y tienes razón en que los remedios sencillos que tenemos en nuestra mano, apenas les prestamos atención... Pero NOOO pienso pagar por que me abracen jajaja perdería toda su "verdad" y seguramente esas sustancias químicas dejarían de pasear por ahí para hacernos sentir bien...

    Feliz Navidad Manué y gracias por ser uno de mis Amarillos.

    ResponderEliminar
  3. Pues felices días para tod@s los que entráis aquí, pero a mi me explicas los de los "amarillos"!!

    ResponderEliminar
  4. Hola Bikeress, Gracias por tu presencia! Y en cuanto a los "amarillos" prometo hacer una nueva entrada explicando exactamente qué son... mientras tantos disfruta de tus amigos y observa si hay alguno más especial que otro...

    Feliz Navidad!!

    ResponderEliminar
  5. Hola!!
    Nuevamente tu "fiel seguidor" al ataque! ;-)
    No conocía el concepto de "amarillo", pero he buscado un poco y ya sé de que se trata.
    Espero esa nueva entrada, que un tema así, creo que se lo merece.

    Sobre los abrazos, recuerdo que durante la luna de miel, concretamente paseando por una calle de Buenos Aires, vimos a un par de personas que tenían colgado un cartel que decía "Abrazos gratis"... y veías cómo había gente que se les acercaba y les daban un abrazo. No sé si se cumplieron todos esos beneficios terapéuticos que ha comentado antes COUSTEAU, pero lo que si recuerdo son las sonrisas de la gente abrazada e incluso la nuestra por el simple hecho de ver esa imagen. Así que positivo seguro que lo es.

    Analizando el porqué existe mucha gente que le cuesta abrazar, creo que el problema va mucho más allá del abrazo en concreto y tiene bastante que ver con la expresión en general de las emociones, las cuales observo que se van coartando continuamente. Las relaciones on-line, basadas en poco contacto físico, el individualismo imperante hoy en día y una mal entendida competitividad entre personas son factores que frenan la expresión de las emociones.
    Ahora que tengo una hija de casi 14 meses, me fijo más en detalles que antes me pasaban inadvertidos.... ejemplo: cuando por el motivo que sea, mi hija se pone a llorar, la reacción casi automática de la mayoría de gente es irle repitiendo hasta la saciedad a la niña "no, no llores, no llores". Y yo me pregunto ¿porqué no tiene que llorar? ¿qué tiene eso de malo? si llora es por algo ¿no? hay que intentar comprender porqué llora e intentar solucionarlo... pero no, en lugar de eso... ¡¡evitemos a toda costa que llore!!
    A eso le llamo una "castración emocional", consistente en frenar la expresión de emociones, como ésta tan básica del llanto, que además está considerada como parte fundamental en el desarrollo psíquico y emocional de un niño.
    Si en esta etapa le vamos castrando esa y otras emociones, estamos frenando su desarrollo emocional y al niño le va quedando el mensaje de que hay que frenarse y, con el tiempo, lo acaba extrapolando a todo tipo de emociones y expresiones, como la del abrazo que hablas en tu entrada.
    Quizá el tema de los niños se pueda tratar en un capítulo aparte, pero yo lo veo como un origen y factor importante en la expresión de las emociones.
    Y aunque sea por internet... termino con ¡¡un abrazo¡¡ ;-)
    Saludos.

    ResponderEliminar