miércoles, 13 de abril de 2011

Los Anti-Optimistas

Me encuentro cada día a algunas personas que dicen no ser pesimistas, pero que tampoco creen que el optimismo sea el camino... a éstos yo les llamo Anti-Optimistas.
Me resulta muy curiosa la consabida frase de: "no, yo no soy pesimista, soy realista". Ayer hablaba con el señor que me hace las fotocopias. Un señor amable y "buen vendedor" que tiene un pequeñísimo negocio que lleva con cierta gracia y éxito... en el centro de la ciudad.
Me hablaba de lo mal que están las cosas... que había tenido que bajar los precios (gracias a Dios!! pensé yo, que cada semana le suelto unos cientos de euros... pero esto es harina de otro costal) y de lo difícil que resultaba manejar un negocio. No le faltaba razón al hombre, pero me llamó mucho la atención que siendo como es una persona alegre y aparentemente optimista, tomara el camino de la queja y del desánimo.
Le hablé de enfocar la vida en general con optimismo y positivismo, a lo que él me dijo que el optimismo no arreglaba sus problemas....
Y aquí es donde quiero llegar a parar: el optimismo no arregla nada por sí mismo, claro que no!! el optimismo es una actitud ante las circunstancias (vida, negocio, etc) igual que lo es el pesimismo. Es una elección que hacemos en base a nuestro estado de ánimo, normalmente o a un hábito aprendido.
El optimismo no arregla nuestros problemas... la solución a nuestros problemas está determinada por las acciones que tomamos con respecto a ellos. Pero... qué acciones tomaríamos con una actitud pesimista? Os enumero algunas de las frases más habituales de los pesimistas
1. Para qué voy a ir si no me van a escuchar?
2. Me va a decir que no, paso de llamar.
3. Voy a quedar en ridículo, no lo hago.
4. Está muy lejos de aquí y a fin de cuentas puede que cuando llegue ya sea tarde.
5. Seguro que alguien ha ideado esto antes que yo... etc. etc.
Podría seguir enumerando hasta aburrir. Pero qué lectura sacais de esto? Qué es lo que nuestro inconsciente nos está diciendo: NO QUIERO HACERLO!!! ni más ni menos.... sencillamente buscamos todas las excusas posibles para no afrontar eso que por "algún motivo" nos supone una incomodidad.
Sin embargo, una actitud positiva nos mueve directamente a la acción:
1. Y si cuando llegue, resulta que no ha ido nadie antes que yo?
2. No sé por qué pero siento que me va a decir que sí!
3. Seguro que si corro un poco, lo alcanzo.
4. Voy a llegarme a saludar a mi amigo Pepe, es posible que me pueda ayudar, etc.
Como podemos ver, la única diferencia es que en el primer caso, los pesimistas se paralizan y en el segundo caso los optimistas se ponen en marcha y no pierden la ilusión.
Habría que analizar el nivel de resiliencia de los primeros, quizá ahí esté la respuesta a la incomprensible actitud de tomar el pesimismo como bandera!!!
En cualquier caso, si alguien os dice alguna vez que el optimismo no arregla sus problemas, sabréis que es cierto, pero también sabréis que el pesimismo los empeora.