Aunque llevamos ya treinta años hablando de Inteligencia Emocional, aún hoy cuando hablamos de "emoción" en el entorno empresarial hay muecas y alguna tos furtiva. Creo que va siendo hora de quitarle la mala fama a las emociones y de ir demostrando que son ellas y no otra cosa lo que mueve el mundo.
Empecemos por aclarar que hay muchos tipos de emociones, y contrario a lo que se pueda pensar no existen ni buenas ni malas, simplemente hay una variedad de ellas para cada momento (por contarlo de una forma coloquial) Unas nos potencian y otras nos limitan, aunque también nos protegen, etc.
Una emoción que pudiera entenderse como "negativa" como puede ser el miedo, en un momento dado nos puede proteger de un accidente, y en otro nos puede llevar a perder una oportunidad, por lo que dependiendo de la circunstancia esta misma emoción puede servir de distintas formas.
Cualquier decisión o acción va siempre precedida de una emoción, por lo que uno de los factores principales a la hora de convertir esa decisión o acción en acertada o no es nuestro estado emocional.
Me gusta explicar cómo funciona nuestro cerebro, pero he hecho firme propósito de sintetizar y no quisiera entrar en tecnicismos, pero sí me gustaría explicar con un pequeño ejemplo un concepto que nos puede ayudar a entender la importancia de estas emociones:
Situación 1 (tend. natural) Situación 2 (em. entrenada)
Situación: Crisis Situación: Crisis
Emoción Instintiva: Miedo Emoción Instintiva: Miedo
Comport. Natural: Cobardía Comport. Entrenado: Valentía
Decisión: Pobre Decisión: Audaz
Resultado: Negativo Resultado: Positivo
Emoción: Apatía, Desilusión, etc. Emoción: Entusiasmo,etc.
Situación: + Crisis Situación: - Crisis
No está directamente relacionado y no tiene por qué tener un resultado positivo, pero lo que sí tendrá, independientemente del resultado será una emoción resultante "no limitante" ya que se ha partido de una emoción potenciadora y por tanto el estado emocional de ese individuo está predispuesto al positivismo, contrariamente a la situación 1 en la que se parte de una emoción claramente limitante que conduce a la parálisis.
Los pensamientos generan sustancias en nuestro cerebro que nos ayudan o nos bloquean. Cuando hablamos de entorno laboral o profesional, si partimos de emociones entrenadas, lo que siempre vamos a conseguir es una inducción a la acción que normalmente nos va a dar un resultado mejor que la parálisis que es a lo que inducen las emociones limitantes no entrenadas.
Creo que todos estaremos de acuerdo en que es mejor tomar una mala decisión que no tomar ninguna y las emociones entrenadas nos conducen a actuar.
Por tanto, las emociones tienen una enorme importancia en nuestra vida diaria y gran parte de ella se desarrolla en nuestro entorno profesional o laboral, en el que tomamos grandes cantidades de decisiones y otro tanto de acciones a lo largo de cada día.