domingo, 26 de julio de 2009

Una historia que contar...

Anoche vi la película "Australia" y dejando a un lado la calidad de la misma (que opinen los expertos) hubo algo que me impactó doblemente. De pequeña me crié en aquel sorprendente país y más de una vez escuché a los aborígenes decir algo que entonces no entendí y que en esta bonita historia se repite una y otra vez:
"Si no tienes sueños ni una historia que contar, nunca serás feliz"
Debo confesar que tras ver la película me quedé absorta en mis pensamientos durante un largo rato y pensé en lo triste que debe ser no soñar ni tener una historia que contar, pero más allá de esto reflexioné sobre lo penoso que debe ser tener una historia distinta a la que nos gustaría poder contar... ¿Cuántos de nosotros podemos decir que nuestra historia es la deseada? ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a tener el coraje de vivir la historia que queremos? Sin duda, hay que ser valiente para hacerlo y posiblemente en la mayoría de los casos supondría un enorme esfuerzo... pero... ¿es más costoso alcanzar nuestros sueños o no tener esa bonita historia que contar?

jueves, 23 de julio de 2009

Y... a todo esto... ¿que es Coaching?

Es posible que algunos de los que leyeráis mi artículo de ayer, después de hacerlo os preguntárais : ¿de que va esto? ¿de pensar en cosas raras? ¿de hacer listas extrañas? y no os culpo...
Cada vez que alguien me pregunta: ¿a qué te dedicas? después de hacer una inevitable mueca con la cara, intento realizar un rápido análisis de la persona que tengo delante, tomo aire y contesto: ¿yo? pues... soy Coach. Inmediatamente la expresión del que me escucha cambia, alguno se atreve y me pide que lo traduzca, otros sencillamente asienten para a continuación decir: ¿y... como están tus padres?
Voy a intentar aclararlo de forma que lo entendiera un niño:
Un Coach es una persona a la que acuden otras personas para conseguir sus objetivos... (mal intento, ahora el niño me preguntaría ¿que es un objetivo?)
Bien... empecemos entonces por ahí...
Hay una bonita frase que dice: "La diferencia entre un sueño y un objetivo es una fecha". La primera vez que la leí, confieso que tardé unos segundos en entenderla, pero creo que ahora estoy en condiciones de poder explicarlo. Todos soñamos con distintas y variadas cosas a lo largo de la vida, unos desean fama, otros dinero, otros amor, otros posición social, otros ser eficientes, otros tener algo de tiempo libre, otros con ver su negocio despegar, otros con estar más delgados, otros estar musculados, otros sencillamente sueñan con estar tumbados en la playa o realizar un viaje alrededor del mundo.... etc. etc. Soñar no requiere demasiado esfuerzo, y además es gratis. Sin embargo, un objetivo, es un sueño que podemos convertir en realidad, pero requiere algo más:
1º. Pensar que lo merecemos
2º. Pensar que es posible
3º. Querer hacerlo
4º. Un compromiso con nosotros mismos
5º. Una fecha de comienzo
¿Parece sencillo? Y lo es, si no fuera porque los seres humanos nos empeñamos en hacernos la "puñeta" a nosotros mismos.
Si conseguimos pasar del primer punto, vamos bien... si superamos el segundo, esto ya va para nota (en este punto solemos caer la mayoría con la famosa frase: "no es posible" o "es que no puedo") Si llegamos al tercero, esto promete.... ayyy!!! pero llega el cuarto punto ¿comprometerse???? ufff!! con la pereza que eso da.... y además comprometerse con uno mismo!!!! vamos! sin nadie que me controle???? Si finalmente conseguimos vencer eso y llegamos al quinto punto, ya tenemos fecha para empezar... bueno.... siempre puedo empezar el lunes, si veo que no llego...
Puede sonar a exageración, pero os puedo asegurar que una gran parte de los humanos no pasaríamos ni del primer punto. De todas formas, si ningún punto os ha hecho dudar, adelante, podéis conseguir vuestros sueños sin ayuda de nadie y ENHORABUENA!!!! Si por el contrario, habéis dudado en alguno, eso significa que necesitas un Coach!!!!
Pues Coaching, que es gerundio.... es el proceso que se vive junto con el Coach, mientras se van consiguiendo los sueños.

miércoles, 22 de julio de 2009

Lo que pensamos

Los científicos no se acaban de poner de acuerdo en la cantidad de pensamientos que pasan por nuestras mentes, pero parece ser que contienen unas cuantas cifras más que la mayoría de nuestras cuentas corrientes (incluidos aqui los "insultantemente" ricos).
Si nos paráramos a pensar en lo que pensamos (permitidme la redundancia) seguramente nos sorprenderíamos, pero si además separáramos los pensamientos útiles de los "no tan útiles" nuestro asombro no tendría límites... porque... ¿en qué pensamos los mortales de a pie?
Existe una línea de pensamiento muy común que se enfoca básicamente en: él, en ella, en ellos, en los otros, en los de más allá, incluso en aquellos a los que no conocemos y que probablemente nunca conoceremos pero que por algún motivo sabemos que existen... asimismo llegamos a pensar en esos otros de los que no tenemos certeza alguna de su existencia... etc. etc. (me paro en este renglón para recuperarme, tomar aire y seguir pensando... porque esto suena a interminable)
Por otro lado pensamos en cuántos días quedan para que llegue el viernes, cuántos para que vuelvan las vacaciones, cuántos para que nos ingresen la nómina... y mientras todo esto va ocurriendo, si casualmente pasa una mosca, también pensamos en ella ¿de donde vendrá? ¿por dónde habrá entrado? ¿quién se habrá dejado la ventana abierta? (esto lo pensaría mi madre)¿tengo insecticida o me olvidé de comprarlo el sábado en el super? ¡Que grande y asquerosa es! (mi madre, otra vez) ¿por qué volará? (los más curiosos)... seguramente tras estos pensamientos llegaría el "jefe" y de nuevo enfocaríamos nuestros pensamientos en él: ¡vaya una tripa que tiene...! ¿a quién se le ocurrió ascenderle?... seguro que su mujer le engaña... ¡joder que no he hecho el informe! ...etc. etc.
En fín, los humanos no tenemos límites cuando se trata de pensar, pero curiosamente centramos nuestros pensamientos más en el exterior que en el interior, pensamos mucho en lo que ocurre a nuestro alrededor... pero ¿qué ocurre en nuestro interior?
Es cierto que en nuestros momentos reflexivos o de aburrimiento como los llama un amigo mío (es interesante tener amigos "hasta en el cielo") sí pensamos cosas del tipo: ¿donde estaré dentro de cinco años? ¿con quién? ¿como será mi vida profesional? ¿mejorará mi vida personal? ¿por qué tengo esta manía tan tonta? ¿por qué actúo así siempre si sé que no debo? ¿por qué le contesté tan mal? etc. etc. es decir, nos cuestionamos muchísimas cosas... pero lamentablemente gran parte queda ahí.
Si hay algo que le debo al Coaching es distinguir entre lo útil y lo inútil de nuestros pensamientos y me explico con una pregunta (debo tener ascendencia gallega):
¿cuando tenga respuesta a mis preguntas, pienso hacer algo al respecto?
Es más, voy a rizar el rizo, y lanzo otra pregunta más:
¿es necesario conocer el motivo para solucionar el problema?
Mis amigos y futuros colegas psicólogos me "fusilarían" ante esta pregunta... y posiblemente la curiosidad innata del ser humano, también, pero... para que no me tachéis de "exagerada y radicalmente optimista" me voy a mojar detallando un sencillo ejercicio:
Una lista de 5 "problemas" que podría solucionar sin conocer lo que los motivó:
1. Dejar de tocarme el pelo cuando veo la TV(quizá no suene a problema... pero al menos es una estúpida manía antiestética, que va para cuatro años)
2. Dejar de fumar. (Otra estúpida manía que se puede convertir en un serio problema)
3. Dejar de decirle que sí a mis amigos cuando no me apetece salir (esta es chula ehhh?)
4. Terminar mi novela (quizá es más un objetivo que un problema... hasta que mi editor me haga una llamada "amistosa" para recordármelo)
5. Pagar mi hipoteca (Esta si que es buena!!! y gorda!!! y difícil!!!!!)
Que porqué empecé a tocarme el pelo hace cuatro años? que porqué empecé a fumar? que porqué siempre digo que sí, si lo que quiero decir es que no? que porqué no dejo de escribir en el blog y me pongo con la novela? que porqué me compré el piso??? pues.... ¡qué más da! seguro que todo tiene un "porqué" y estoy convencida de que usando algo de imaginación podría argumentarlo todo mejor que un letrado de prestigio.... pero realmente sirve de algo???
Os dejo con esta reflexión y os animo a que hagáis vuestra propia lista.