sábado, 12 de septiembre de 2009

Sábado por la tarde...

"Sábado por la tarde, han pronosticado lluvias pero hace calor... mucho calor... Acabo de volver de tomar un café con un amigo en el parador, he visto Málaga desde arriba... es otra Málaga, una que yo no conocía, la he sentido diferente, más bella, más serena, más suave y más grande... lo único que me ha hecho verla así ha sido la perspectiva. ¿Cuál es la verdadera Málaga? ¿La que conocía o la que conozco ahora? Reflexiono un rato... es la misma Málaga pero con más opciones. La próxima vez que hable de ella a un forastero se la explicaré diferente... " Tras esta simple experiencia acabo de encontrarle el auténtico valor a la perspectiva. Tantas y tantas veces en nuestra vida nos ocurre que ante un problema o una situación de bloqueo no encontramos salida. Vemos el camino del "caos" pero no nos permitimos buscar atajos u otros caminos paralelos o no, que conduzcan a un lugar mejor. No se nos ocurre subirnos a la montaña de nuestro problema para verlo desde otra perspectiva, para contemplarlo desde arriba. La perspectiva, sin duda, es lo que condiciona nuestros pensamientos y por lo tanto nuestro comportamiento. Por eso la importancia de moverse, y digo moverse en el sentido literal de la palabra. Cuando buscamos soluciones, tendemos a quedarnos sentados o tumbados pensando. Nuestra mente es la que procura viajar de un lugar a otro, pero no somos conscientes de que la tenemos atrapada en el mismo lugar en donde nació nuestro problema... y en ese entorno no se encuentra cómoda. Mi hijo es un tipo ingenioso, un gran pensador... siempre me sorprende cuando le veo levantarse del ordenador y pasear de un lado a otro de la casa, como si fuera un león enjaulado... le pregunto ¿qué te ocurre? el me contesta: "estoy pensando" a veces sale a la calle y da un paseo... cuando oigo la llave en la cerradura, ya estoy preparada para su frase: "ya lo tengo" dice... se sienta de nuevo y se pone a trabajar. Buscar una perspectiva diferente mentalmente es importante, pero moverse... cambiar de escenario, es fundametal para pensar mejor.

1 comentario:

  1. Este post me trae a la mente fragmentos de dos libros distintos.

    En el libro acerca de estrategias de motivación para empleados, "Abracelos", Jack Mitchell nos propone un viaje a la Luna, durante el cual la Tierra se va haciendo más pequeña mientras nos acercamos a un nuevo territorio. Una vez allí, lejos de una situación negativa dada, se nos pide que nos visualicemos en nuestra cotidianidad para intentar tomar las riendas de nuevo.

    Si mi memoria no me traiciona, y puesto que no puedo comprobarlo ya que el libro está prestado, (aunque aún con esperanzas de recuperación) creo que es en "Los hombres se dejan querer" de Wilfried Wieck (maravilloso libro que presto a amigos pero que solo leen sus parejas!) donde se explica la distinta manera entre los sexos para completar los puzzles mentales: Ellas hablan y ellos caminan.

    Parece que en cada sexo estas dos acciones tan distintas, ponen en marcha identicos mecanismos que consiguen desenmarañar las ideas.

    Recurriendo al chiste facil, "es por eso que cuando comenzamos a hablar, a ellos les entra velocidad en los tobillos?? Nunca supimos entender que lo hacen por empatia!! (hala, todos a pensar... eso si, por separado)

    :) Un saludo

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